Un sábado al mes,
en la Asociación Bernardino Rivadavia de Av. Colón 31 de nuestra
ciudad, en la Sala Infantil, se desarrolla el ciclo “Filosofía con los
Niños en la Biblio”. Estos encuentros están coordinados por María José
Montenegro y van dirigidos a niños de entre 6 y 12 años. Se realizan
desde el 2012 y están abiertos a todo público y con entrada libre y
gratuita.
Majo es integrante de un proyecto de extensión de la Universidad Nacional del Sur y egresada de la misma. Participa de la “Red Institucional de Filosofía con Niñ@s y Adolescentes” que reúne cerca de 30 instituciones educativas, públicas y privadas, en los tres los niveles de la jurisdicción provincial y nacional y dos sedes de inspectores provinciales, todas de Bahía Blanca.
Majo es integrante de un proyecto de extensión de la Universidad Nacional del Sur y egresada de la misma. Participa de la “Red Institucional de Filosofía con Niñ@s y Adolescentes” que reúne cerca de 30 instituciones educativas, públicas y privadas, en los tres los niveles de la jurisdicción provincial y nacional y dos sedes de inspectores provinciales, todas de Bahía Blanca.
En estos
encuentros, niños de entre 6 y 12 años se reúnen para pensar, escuchar,
dialogar, divertirse, ¡filosofar!. Previamente planificada, la rutina
comienza con todos sentados en ronda y utilizando un disparador, que a
veces puede ser un video, un cuento, una canción, imágenes, una poesía,
algo que los invite a pensar. Luego se toman palabras y se comienza la
búsqueda de conceptos. Así se puede empezar a hablar, por ejemplo, sobre
el pensar, el amar, el jugar, etc. La lechuza, un juguete de fieltro,
va dando el turno a los participantes quienes escriben palabras
relacionadas en un papel que luego son leídas. La ronda es un recurso
importante ya que los participantes pueden mirarse a los ojos. Aparecen
las preguntas tales como: ¿para qué sirven las palabras?, ¿qué palabras
les gustan?, ¿cuáles les disgustan y porqué? Diferenciándose la palabra
del objeto e indagando quién es el que tiene el poder ¿la palabra o
quién la dice? Se escuchan las ideas y se las retoma para que el grupo
las debata. Luego, entre todos, se hace un trabajo de cierre para
compartir; por ejemplo, pueden ser dibujos sobre los temas elegidos y se
les pregunta qué fue lo que más les gustó. Así, cada chico participa
desde el lugar que tiene ganas; a veces de escuchar, de hablar, de
opinar. Claro que la dinámica de los encuentros es diferente, porque
como cuenta Majo, si bien tiene su planificación también trabaja con la
improvisación porque los chicos que concurren no se conocen, ni conocen
el ámbito y hay diversidad de edades. Por último, la Biblioteca realiza
el sorteo de un libro entre los niños presentes.
Majo Montenegro, coordinadora del taller |
Durante las
sesiones, algunos de los niños se muestran desinhibidos, otros más
retraídos. Pero la tarea de la coordinadora, justamente es la
distribución equitativa de la palabra, la moderación del diálogo, la
estimulación a los más callados para que emitan sus opiniones y regular
que los más extrovertidos den espacio a la palabra de otros.
Majo explica que
participa de "Filosofía con niños, niñas y adolescentes: Hacia la
configuración de nuevas prácticas de articulación en el espacio público
educativo", un proyecto de la Cátedra de Didáctica Especial de la
Filosofía del Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del
Sur que se viene desarrollando en Bahía Blanca y zona de influencia
desde fines de 2005. Es un trabajo gratuito que realizan alrededor de
quince profesores egresados de la U.N.S. en proyectos institucionales y
áulicos, brindando formación, asesoramiento/acompañamiento e
investigación A veces trabajan con los maestros y profesores de las
escuelas, las asesoran y coordinan la indagación filosófica o hacen
registro. La idea es que luego lo hagan solos en su grado o curso.
También han participado en proyectos de voluntariado y jornadas de
filosofía con niños. Esto implica un cambio de mentalidad, una nueva
forma de trabajar con los chicos. Como dicen en la Cátedra: “El asombro,
la curiosidad, el cuestionamiento, la reflexión, la indagación son
puestos en práctica, tanto por niños como por filósofos. Hacer filosofía
con niños, niñas y adolescentes es atender esas actitudes espontáneas
propiciándole un ámbito adecuado para que se desplieguen. No se trata de
introducir en los niños algo extraño a ellos, sino de acompañarlos en
el desarrollo de algo que ellos mismos generan a través de una forma
privilegiada, el diálogo”.
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